Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, en toda su idolatría y maldad sin igual , como lo hizo la casa de Acab, cuyo espíritu maligno era Jezabel, la esposa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab; e hizo lo que era malo a los ojos del Señor, borrando así por completo el efecto del espléndido ejemplo de su padre, ya que alentó la introducción de todas las costumbres idólatras relacionadas con la adoración de las deidades paganas.

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