Porque los hijos de Atalía, aquella mujer malvada, notoria idólatra, adoradora de Baal y Astarté, habían destrozado la casa de Dios, causando daños considerables en partes de los edificios; y también todas las cosas dedicadas de la casa del Señor las dieron a los baales, profanando los vasos de oro y plata consagrados a Jehová usándolos para su adoración idólatra.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad