Y Joás, rey de Israel, envió a Amasías, rey de Judá, diciendo: El cardo, un arbusto bajo y espinoso, que estaba en el Líbano, envió al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: Da tu hija a mi hijo por mujer, una suposición inaudita; y pasó una bestia salvaje que estaba en el Líbano y pisoteó el cardo, lo pisoteó por la mala hierba sin valor e insignificante que era.

El significado de la parábola es claro. El espino representaba a Amasías, un pequeño príncipe, el cedro, el poderoso soberano de Israel, y la bestia salvaje que pisoteaba el cardo, el ejército abrumador con el que Israel sometería y exterminaría a Judá.

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