Y trajeron siete becerros, siete carneros, siete corderos y siete machos cabríos, siendo el número siete el número sagrado, como ofrenda por el pecado por el reino, por los pecados del rey y sus predecesores, y por el santuario. , por los sacerdotes mismos y por la profanación del Santuario, y por Judá, por todos los miembros de la nación que habían consentido en la introducción de la idolatría. Y mandó a los sacerdotes, hijos de Aarón, que los ofrecieran sobre el altar del Señor, para hacer expiación por todos los delitos y pecados indicados.

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