entonces oye desde los cielos, incluso desde tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los habitantes de la tierra conozcan tu nombre, lo conozcan a través de los misioneros y te teman como temen. Tu pueblo Israel, y que sepa que esta casa que yo he edificado lleva tu nombre, literalmente, tu nombre es invocado sobre esta casa, porque fue consagrada por el hecho de que la Palabra de Dios fue observada y proclamada allí.

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