Para los barcos del rey, la armada del mar Mediterráneo fue a Tarsis, la rica región minera de España, con los sirvientes de Hiram; una vez cada tres años llegaban los barcos de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, en forma de colmillos de elefantes, monos y pavos reales. Las palabras también pueden interpretarse en el sentido de que se refieren a los barcos de Tarsis, grandes barcos construidos para el comercio marítimo, como los enviados desde Ezion-gaber y Elath.

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