Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la Ciudad de David, su padre, en el lugar conocido después como los sepulcros de los reyes; y reinó en su lugar Roboam, su hijo. Toda la riqueza, el honor y la sabiduría de este mundo es vana y se desvanece. Lo más seguro es poner la confianza de uno en la Palabra y las promesas de Dios, la fe en la cual llevará a cada creyente a través de la muerte a la vida eterna más allá.

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