En aquellos días, el Señor comenzó a enviar contra Judá Rezín, rey de Siria, y Peka, hijo de Remalías. Los sirios, habiéndose liberado del yugo de los asirios, se alegraron de tener a la nación israelita como aliada, a fin de obtener, si era posible, el señorío de todos los países entre el Éufrates y Egipto.

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