Además, los trabajadores con espíritus familiares, los nigromantes y los magos, y las imágenes, los dioses domésticos, a quienes se imputaba el poder mágico, y los ídolos, dioses pequeños, que también se usaban principalmente en los hogares, y todas las abominaciones. que fueron espiados en la tierra de Judá y en Jerusalén, Josías los despidió, puso fin a todas las prácticas supersticiosas y al culto a los ídolos que se llevaban a cabo en las casas privadas, para que pudiera cumplir las palabras de la Ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías encontró en la casa del Señor. Quería ver todos los preceptos del Señor en práctica en toda la tierra.

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