Y el atalaya gritó y se lo dijo al rey, a quien podía llegar su voz, mientras estaba sentado debajo del arco o bóveda de entrada. Y el rey dijo, si está solo, hay noticias en su boca, vino como mensajero, porque en el otro evento habría varios fugitivos. Y él, el corredor, se acercó rápidamente y se acercó.

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