En cuanto a estos cuatro hijos, Dios, que así recompensó su fidelidad, les dio conocimiento y habilidad en todo aprendizaje y sabiduría, para que dominaran la literatura y el conocimiento científico caldeos; y Daniel, además de estos logros, tenía entendimiento en todas las visiones y sueños, siendo este claramente un don milagroso otorgado por Dios para un propósito especial y no idéntico al don de profecía.

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