Este sueño yo, el rey Nabucodonosor, lo he visto, todos sus detalles están claros ante sus ojos y presentados de la misma manera. Ahora, tú, oh Beltsasar, declara la interpretación de la misma, exponiendo su significado, por cuanto no todos los sabios de mi reino pueden darme a conocer la interpretación; v. 7. pero puedes, porque el espíritu de los dioses santos está en ti. Los asuntos del mundo entero y de todas las naciones de la tierra están en manos de Dios, quien los dirige según su beneplácito, en interés de su Iglesia.

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