Y cuando llegó al foso, clamó con una voz lamentable, que testificaba del dolor que se apoderaba de su corazón, a Daniel; y el rey habló y dijo a Daniel: Oh Daniel, siervo del Dios viviente, a quien estaba dispuesto a reconocer como tal de acuerdo con la confesión de Daniel, es tu Dios, a quien sirves continuamente, con devoción constante e incansable, capaz de librar tú de los leones?

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