Por tanto, Leví no tiene parte ni herencia con sus hermanos, en forma de territorio separado en la tierra de Canaán, Números 18:20 ; Ezequiel 44:28 ; el Señor es su heredad, como el Señor, tu Dios, le ha prometido. Los levitas debían dedicar toda su vida al servicio del Señor, sin obstáculos por preocupaciones especiales de negocios.

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