Porque todavía no habéis venido al reposo ni a la herencia, a la Tierra Prometida, donde podrían vivir en paz y seguridad, que el Señor, tu Dios, te da. El Señor dio a entender que esperaba que cada israelita siguiera la regla objetiva de la Ley divina tan pronto como el pueblo ocupara su herencia en Canaán.

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