y en toda esa mano poderosa, y en todo el gran terror que Moisés mostró a los ojos de todo Israel, durante todo el viaje por el desierto. Solo un profeta es mayor que Moisés, por su propio testimonio, a saber, el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre. Mediante su vida, sufrimiento, muerte, resurrección y exaltación, nos ganó la redención eterna del poder de la muerte y el infierno.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad