Y les dije: Vosotros sois santos a Jehová, apartados para el servicio especial de Jehová; los vasos son también sagrados, destinados a ser usados ​​únicamente en el culto divino, apartados para este propósito; y la plata y el oro son ofrenda voluntaria al Señor Dios de vuestros padres, voluntariamente aportada tanto por los judíos de Babilonia como por sus vecinos paganos, junto con el rey y sus consejeros.

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