Y los hijos de Israel se fueron e hicieron como Jehová les había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron. Esta sección es de más interés que de costumbre para nosotros los cristianos, porque el Iamb pascual es un tipo de Jesucristo, el Cordero de Dios. Cristo fue un verdadero hombre, nacido de la Virgen María. Pero Él era, al mismo tiempo, santo, inofensivo, sin mancha, separado de los pecadores y hecho más alto que los cielos. Él es el Cordero que fue sacrificado por la liberación de toda la humanidad.

La sangre de Jesucristo nos protege contra la ira, contra la muerte y la destrucción; nos reconcilia con Dios, nos hace miembros de su Iglesia. Debemos comer este Cordero, debemos recibir a Cristo en nuestro corazón como nuestro Redentor, por lo tanto, también purificar la vieja levadura y ser Suyos en sinceridad y verdad. Así obtenemos fuerza para nuestro camino a través del desierto de este mundo hacia la verdadera Canaán de arriba.

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