Y el Señor dijo a Moisés: He aquí, vengo a ti en una densa nube, cuya oscuridad, en cierta medida, ocultará Su gloria, para que el pueblo oiga cuando yo hable contigo, y te crea para siempre. La posición de Moisés como receptor y mediador de la revelación divina quedaría así atestiguada, y se establecería la revelación y la autoridad de la Ley, tal como las dio él. El hecho de que él enseñe la Palabra del Señor le da a todo verdadero predicador su autoridad hasta el día de hoy. Y Moisés contó las palabras del pueblo al Señor.

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