Y él dijo: Échalo en tierra. Y lo arrojó al suelo, y se convirtió en una serpiente; y Moisés huyó de delante de ella. La serpiente no era un engaño, sino un hecho, y parecía lo suficientemente peligrosa como para llenar de miedo el corazón de Moisés.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad