Y puso el altar del holocausto junto a la puerta del tabernáculo del tabernáculo de reunión, y ofreció sobre él el holocausto y la ofrenda, como Jehová lo había mandado a Moisés. Tanto la quema de incienso como la entrega de sacrificios en este momento eran actos extraordinarios de Moisés y no pertenecían al culto ordinario del pueblo, como se hacía después de la consagración del Santuario.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad