Y pondréis sobre ellos la historia de los ladrillos que hicieron antes; no disminuiréis en nada, los israelitas debían fabricar y entregar a los capataces egipcios el mismo número de ladrillos que siempre se les había pedido; porque están ociosos; por tanto, claman, diciendo: Vayamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios. Así, el faraón atribuyó su solicitud de que se le permitiera adorar a su Dios a la falta de ocupación suficiente, al hecho de que el tiempo les pesaba en las manos.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad