aunque estos tres hombres estuvieran en el mismo, los modelos de virtud que fueran, vivo yo, dice el Señor Dios, el Soberano del mundo, utilizando la más solemne juramento posible para Él, que ni a sus hijos ni a sus hijas, que lo haría les será imposible evitar el castigo de la tierra condenada por su propia culpa; sólo ellos serán librados, pero la tierra será desolada.

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