Hijo de hombre, la casa de Israel se ha convertido para Mí en escoria, desperdicio de los metales más puros, arrojada por no ser apta para uso fino; todos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno, todos los metales más viles, no aptos para el propósito del divino Refinador; son incluso escoria de plata, llenas de impureza.

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