Como se derrite la plata en medio del horno, así seréis fundidos vosotros en medio de él. Judá experimentó esta operación durante el último asedio de la ciudad; y sabréis que yo, el Señor, he derramado mi furor sobre vosotros. Habiendo establecido así el castigo sobre Jerusalén, el Señor procede a mostrar la corrupción de todas las clases de personas en Judá.

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