Por tanto, oh Aholibah, así dice el Señor Dios, el Soberano Gobernador del universo: He aquí, levantaré a tus amantes contra ti, los mismos aliados de cuya constancia Jerusalén pensó que podía depender, de quienes tu mente está alejada, como ella se volvieron de Asiria a Egipto, y los traeré contra ti por todos lados, en enemistad manifiesta, con el deseo de vengarse del libertino voluble:

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