por tanto, así dice el Señor Dios, al resumir una vez más su sentencia sobre Judá: Por cuanto te olvidaste de mí, el Señor y Maestro de su juventud, y me echaste a tus espaldas en el colmo del desprecio, por tanto, en justa retribución, soporta también tu lascivia y tus fornicaciones, es decir, en su culpa y condenación.

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