En tu inmundicia hay lascivia, abominación a los ojos del Señor. Porque te he purificado, haciendo los más fervientes esfuerzos para limpiar al pueblo de su maldad, y tú no fuiste purificado, resistiendo todos los esfuerzos de la misericordia del Señor, no serás más purificado de tu inmundicia hasta que haya causado Mi furor. descansa sobre ti, en el castigo que tan generosamente merecía Jerusalén.

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