Así dice el Señor Dios de Tiro: Las islas, incluidas las colonias ubicadas a lo largo de las orillas del Mediterráneo, ¿no temblarán al oír tu caída, llenándose de agitación y terror cuando les llegue la noticia de la caída de Tiro, cuando los heridos? claman, gimiendo de dolor, cuando se hace la matanza en medio de ti? es decir, en la toma de la ciudad, cuando la espada fue derribada con fiereza desenfrenada.

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