Y, he aquí, eres para ellos como una canción muy hermosa de alguien que tiene una voz agradable, como un cantante que encanta con el sonido de su voz, y puede tocar bien un instrumento, al acompañar su canto; porque oyen tus palabras, pero no las hacen, sin prestar atención a su significado ni obedecer su amonestación.

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