Y sabrás que yo soy Jehová, y que he oído todas tus blasfemias que has hablado contra los montes de Israel, porque una burla del pueblo de Jehová equivalía a blasfemar del nombre del Señor mismo, diciendo: Son desolados, nos son entregados para que los consumamos. El hecho de que el Señor eligiera castigar a su pueblo no les dio a los enemigos el derecho de aprovecharse de la difícil situación de Judá y de tomar posesión de su tierra.

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