ni ellos, ahora que han sido llevados a la plena conciencia de su transgresión, ya no se contaminarán con sus ídolos ni con sus cosas detestables, con ninguna de las abominaciones que acompañaron la práctica de la idolatría, ni con ninguna de sus transgresiones, los muchos actos de maldad que habían hecho que el Señor los rechazara de ser su pueblo; pero los salvaré de todas sus moradas en que pecaron, escenario de sus idolatrías y abominaciones, y los limpiaré, incluyendo esta declaración todas las promesas del Evangelio; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.su misericordioso Señor a través de la mediación del Mesías. Con tanta frecuencia en el Antiguo Testamento, la restauración de Judá como pueblo del Señor es típica del recogimiento de los hijos de Jehová, de los creyentes, de todas las naciones del mundo.

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