Y tomarás de su sangre y la pondrás en sus cuatro cuernos, según el antiguo ritual, y en las cuatro esquinas del asiento, en el saliente de abajo y en el borde alrededor; así lo limpiarás y purificarás, siendo esta purificación y expiación del altar símbolo de la completa santificación del pueblo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad