Y el holocausto que el príncipe ofrecerá a Jehová en el día de reposo será de seis corderos sin defecto y un carnero sin defecto. "Las ofrendas de los días de reposo son más grandes que las de la Ley mosaica, lo que implica que la adoración de Dios debe ser dirigida por el príncipe y el pueblo con un espíritu más generoso de abnegada liberalidad que antes".

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