y el arvadita, y el zemarita, y el hamatita; y después se esparcieron las familias de los cananeos. Esto explica el origen de los fenicios en la costa oriental del Mediterráneo, de los hititas, cuyas diversas ramas se encontraban en Asia Menor, Siria y Canaán, algunas de ellas ocupando la tierra montañosa de Judá en las cercanías de Hebrón, del Los jebuseos, que vivían en la tierra donde después se construyó Jerusalén, los amorreos en los montes de Judá y mucho más allá del Jordán, los gergasos, que pudieron haber ocupado el país al sureste del mar de Galilea, los heveos, que vivían desde Gabaón hasta los pies de Hermán, de los arquitas, al norte de Sidón, de los sinitas y de los zemaritas, que vivían bien en lo que más tarde fue el norte de Siria y Cilicia, de los arvaditas, más al norte de todas estas tribus, de los hamatitas, en el río Orontes. Todas estas tribus y naciones llegaron a existir cuando los hijos de Canaán dejaron el hogar de sus padres y buscaron sus propios lugares para vivir.

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