Quizás faltarán cinco de los cincuenta justos; ¿Destruirás toda la ciudad por falta de cinco? Y Él dijo, si encuentro allí cuarenta y cinco, no lo destruiré. Este es un ejemplo glorioso para los creyentes de todos los tiempos, porque ellos también son polvo en cuanto a su origen y cenizas en cuanto a su fin, y sin embargo, como hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pueden hablar libre y valientemente a sus seres celestiales. Padre e implorarle con el mayor atrevimiento

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