y se llevó todo su ganado, y todos sus bienes que había obtenido, el ganado de su ganancia, que había obtenido en Padanáram, para ir a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán. Evidentemente, los planes de Jacob habían sido trazados y todos los arreglos hechos con gran cuidado incluso antes de que él convocara a sus esposas para la conferencia que decidió a favor de la huida inmediata. El texto enfatiza repetidamente el hecho de que toda la riqueza en ganado y bienes que Jacob había recolectado y llevado con él en su huida era tal como la había obtenido honestamente.

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