y dijo: Si viene Esaú a una compañía y la hiere, la otra compañía que quede escapará. Esta división de toda la caravana en dos compañías fue una precaución destinada a salvar al menos la mitad de sus posesiones. Muestra que Jacob, aunque en un estado avanzado de pánico, no había perdido su astucia natural, por precipitado e impaciente que fuera. La experiencia real del peligro a menudo hace que incluso los cristianos firmes olviden por un tiempo su simple confianza en el poder omnipotente del Señor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad