Y sucederá en ese día, en el tiempo del reinado del Mesías, que su carga será quitada de tu hombro y su yugo de tu cuello, el Señor mismo quitará la opresión de Asiria, de todos los enemigos de la Iglesia, y el yugo será destruido a causa de la unción, más bien, a causa de la grosura. La imagen es la de un buey que se vuelve tan gordo y fuerte a pesar del yugo que se le impone, que rompe en pedazos el yugo de su cuello.

Por tanto, la Iglesia debe vencer al mundo con la fuerza interior. Así, la liberación de la Iglesia se describe como comienza en y con Emanuel, y como se completa en el Último Día, el día de la redención. El profeta ahora, en un cuadro muy vívido, describe el progreso de los asirios en el ataque a Jerusalén y su completa destrucción por parte de Jehová.

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