Y en ese día habrá una raíz de Isaí, ese mismo Vástago maravilloso, el Hijo de David del que se habla en el cual se erigirá como una bandera del pueblo, un estandarte levantado para atraer la atención de las naciones en todas partes, dirigiéndolas a la redención obtenida por el Mesías; a ella buscarán los gentiles, reunidos en torno a él creyentes de todas las naciones; y Su descanso será glorioso, es decir, después de la batalla y la confusión de este mundo presente, la Iglesia Militante será transformada en la Iglesia Triunfante, y el resto de la eternidad será la gloria del Salvador, y Su pueblo le dará gloria eterna. y participando de su gloria.

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