Y ellos, los habitantes de Palestina, también los judíos, que veían a Egipto como un posible aliado contra Asiria, se sentirán temerosos y avergonzados de Etiopía, su expectativa, encontrándose decepcionados en sus esperanzas de ayuda de este lugar y de Egipto, su gloria, de cuyo poder se habían jactado y en cuya fuerza habían confiado.

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