No beberán vino con cántico, como en días de paz y prosperidad; la bebida fuerte, el vino de dátiles o el licor de aguardiente serán amargos a los que la beben. Se eliminan todos los primeros incentivos al gozo y prevalece la desolación total. El mundo con su lujuria es juzgado y por lo tanto también es la ciudad líder del mundo, en la que se concentraba esta lujuria.

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