Y en ese día los sordos, aquellos cuyos oídos, por su perversidad natural, habían estado cerrados a la voz del Señor, oirán las palabras del Libro, de la revelación escrita, y los ojos de los ciegos, los que sufren con espiritualidad. ceguera, verá de la oscuridad y de la oscuridad, porque el Señor mismo iluminará los ojos de su entendimiento.

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