Por tanto, sus habitantes eran de escaso poder, indefensos ante los invasores; estaban consternados y confundidos, impotentes por el terror; que eran como la hierba del campo y como la hierba verde, como la hierba de los tejados, con mas de una capa delgada de tierra, y como el maíz marchitado antes de su crecido, dicha vegetación ser incapaz de soportar incluso una cantidad moderada de fuertes vientos. La profecía ahora se vuelve directamente contra Senaquerib.

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