He aquí, tú confías en la vara de esta caña quebrada, en Egipto, como el Rabsaces llama con desprecio al aliado de Judá, en el cual , si un hombre se inclina, entrará en su mano y la traspasará. Así es el faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él, el general asirio naturalmente ridiculizando y burlándose de la fuerza del rival de Asiria por la supremacía mundial.

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