Entonces dijo Isaías, hablando de nuevo por mandato del Señor: ¿Qué han visto en tu casa? Y Ezequías respondió: Todo lo que hay en mi casa han visto; no hay nada entre mis tesoros que no les haya mostrado. Aquí el rey hizo una confesión abierta de su locura, sometiéndose al escrutinio del profeta sin inmutarse. Es la actitud que siempre debe encontrarse en los hombres cuando el Señor escudriña los corazones y las mentes.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad