Así dice el Señor: No aprendas el camino de los paganos, acostumbrándose a su adoración idólatra, y no te acobardes ante las señales del cielo, llenos del temor que hizo que las naciones gentiles asociaran diversos peligros con los movimientos de los cometas, con la ocurrencia de eclipses y otros fenómenos; porque los paganos están consternados por ellos, ya que reverenciaron poderes sobrenaturales en las diversas constelaciones. Esta advertencia ahora se ve reforzada por una descripción de las costumbres idólatras.

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