Tampoco dijeron: ¿Dónde está el Señor que nos sacó de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, el de Sinaí, Parán y Arabia, por una tierra de desiertos y pozos, donde abismos y sumideros? ¿Abundó, poniendo en peligro la vida de hombres y bestias, a través de una tierra de sequía y de sombra de muerte, como el camino pasaba bajo precipicios rocosos que sobresalían, a través de una tierra por la que ningún hombre pasaba y donde ningún hombre habitaba? Por tanto, se describe a Israel como si hubiera olvidado por completo la protección y las bendiciones del Señor, por lo que el Señor hace preguntas tan reprobables.

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