Entonces el Señor me dijo: ¿Qué ves, Jeremías? Y dije, higos; los higos buenos muy buenos y los malos muy malos, que no se pueden comer, son tan malos. El propósito de la pregunta era grabar la lección en la mente de Jeremías, para llamar la atención sobre los objetos que simbolizarían a los judíos.

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