Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, estando muy atento a sus necesidades a este respecto, y los traeré de nuevo a esta tierra; y los edificaré y no los derribaré, como edificio condenado a la ruina; y las plantaré y no las arrancaré, como planta venenosa o mala hierba. El traslado de estos judíos a Babilonia los salvó de las calamidades que sobrevinieron al resto de la nación y los llevó al arrepentimiento en la tierra de su cautiverio, el resultado fue que su condición mejoró.

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